
En las fase inicial, me tocaron varias mesas pasivas sin ningún loco que imposibilitara el juego postflop, por lo que me moví bastante ganando botes medios. Además también me entraron buenas manos ganando algún bote grande. Esto hizo que en seguida me pusiera de los primeros en el torneo.
En la fase media, me moví algo menos pero pude ir manteniendo mi stack en buena posición y llegar a premios sin agobios. Algo que se agradece, por supuesto.
Así llegamos a la mesa final, con buen stack pero con las ciegas bastante altas. Se mascaba la tensión pero para mi sorpresa me encontraba bastante tranquilo, seguramente influyera que no pasara apuros en ningún momento del torneo.
Pero los apuros empezaron a llegar, stacks parecidos, gente que sabía jugar y ciegas muy altas. Había que robar lo que se pudiera, pero ¿en qué momento?. La cosa empezaba a complicarse.
Afortunadamente, empezaron a eliminarse jugadores y me quedé más tranquilo sabiendo que el pellizquito económico ya era medio importante. Así que había que empezar a dar caña pues un par de robos suponía prácticamente doblarse en fichas. Y así llégó la primera mano milagrosa, en la que me puse líder. Suerte, conecté el 8.
Poco después, los stacks pequeños fueron cayendo, pero no pude eliminar a ninguno por lo que llegué al head-ups en clara desventaja y con las ciegas altísimas. Eso sí, el segundo puesto ya me sabía a gloria.
El otro finalista me parecía bastante tight, así que decidí intentar robarle todo lo que pudiera, momento en el que llegó la segunda mano milagrosa. Creo que es la mano más suertuda que he tenido jamás. Ligo escalera con T4o cuando parecía todo perdido, madre mía.
Y por último, tras unos robos mutuos llegó la mano que esparaba para ganar.
En definitiva, muy contento con esta sala y con estos freerolls clasificatorios que juego después de mis sesiones de cash, ya que gracias a ellos va a ser un mes de abril muy pero que muy positivo.